Música con mayúsculas la que sirvió el viernes la Orquesta
Sinfónica Nacional de Cuba en el segundo fin de semana del Festival
Internacional 'Ciudad de Úbeda'. Una propuesta que dejó de manifiesto la
calidad de la programación preparada para esta décimo séptima edición de la
cita ubetense.
Con un programa exclusivo de compositores de la isla caribeña desembarcó en el auditorio del Hospital de Santiago la primera de las grandes orquestas que propuso el Festival, la Sinfónica Nacional de Cuba, capitaneada por su titular, Enrique Pérez Mesa. Fue todo un lujo para los numerosos melómanos asistentes poder disfrutar de la gran institución rectora de la música cubana.
La formación dio una buena muestra de cómo, a lo largo de los siglos, los ritmos autóctonos se han enriquecido con los recibidos de los colonizadores españoles y los esclavos africanos. Con un repertorio con tanto son, capaz de transportar al público al otro lado del océano, fue difícil evitar seguir el ritmo con los pies o las manos.
Así, pudieron escucharse danzones, contradanzas o ritmos de habaneras como las de Enrique González Mantici o Alejandro García Caturla, que se han hecho tan populares en España; la combinación de temas de música clásica y folclórica con ideas musicales más modernas de Amadeo Roldán; o el ritmo de rumba del tema 'Guaguancó' de López-Gavilán.
Como solista, a la guitarra, estuvo Joaquín Clerch, catedrático en la Universidad de Música Robert Schumann de Düsseldorf, quien mostró su nivel como compositor e intérprete cuando sonó su 'Concierto de Cáceres para guitarra y orquesta'.
Con un programa exclusivo de compositores de la isla caribeña desembarcó en el auditorio del Hospital de Santiago la primera de las grandes orquestas que propuso el Festival, la Sinfónica Nacional de Cuba, capitaneada por su titular, Enrique Pérez Mesa. Fue todo un lujo para los numerosos melómanos asistentes poder disfrutar de la gran institución rectora de la música cubana.
La formación dio una buena muestra de cómo, a lo largo de los siglos, los ritmos autóctonos se han enriquecido con los recibidos de los colonizadores españoles y los esclavos africanos. Con un repertorio con tanto son, capaz de transportar al público al otro lado del océano, fue difícil evitar seguir el ritmo con los pies o las manos.
Así, pudieron escucharse danzones, contradanzas o ritmos de habaneras como las de Enrique González Mantici o Alejandro García Caturla, que se han hecho tan populares en España; la combinación de temas de música clásica y folclórica con ideas musicales más modernas de Amadeo Roldán; o el ritmo de rumba del tema 'Guaguancó' de López-Gavilán.
Como solista, a la guitarra, estuvo Joaquín Clerch, catedrático en la Universidad de Música Robert Schumann de Düsseldorf, quien mostró su nivel como compositor e intérprete cuando sonó su 'Concierto de Cáceres para guitarra y orquesta'.
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