lunes, 11 de mayo de 2015
José Mercé y José Manuel Zapata inauguraron el Festival Internacional de Música y Danza
El Festival Internacional de Música y Danza ‘Ciudad de Úbeda’ abrió un año más sus puertas y lo hizo por todo lo alto. Ante un auditorio del Hospital de Santiago abarrotado, los artistas José Mercé y José Manuel Zapata fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a esta gran ‘fiesta de la primavera’ con un concierto en el que la unión del flamenco, la voz lírica y la música argentina crearon un espectáculo único, lleno de emociones, que tuvo como telón de fondo un sentido homenaje a Carlos Gardel.
José Mercé no sólo fue protagonista de la noche por inaugurar este importante festival, miembro de la Asociación Europea de Festivales, sino también porque recibió la medalla de oro y el premio nacional que concede anualmente la Asociación Amigos de la Música. Lo recogió de manos del alcalde de la ciudad, José Robles, y del director del festival, Antonio Sánchez Montoya, por «su extraordinaria y dilatada carrera artística» y su labor «en pro de la difusión del arte del flamenco, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco». Todo ello tras una introducción que corrió a cargo de Antonio Fuentes Miranda en representación del colectivo.
Este reconocimiento ha sido entregado en ediciones anteriores a personas y formaciones de la talla de Victoria de los Ángeles, Antonio Fernández-Cid, José Carreras, Teresa Berganza, Montserrat Caballé, Paloma O’Shea, Orquesta Sinfónica de RTVE, Orquesta Nacional de España, Orfeón Donostiarra, Yehudi Menuhin, Alicia de Larrocha o Nacho Duato.
Respecto al espectáculo, tangos como ‘Cuesta abajo’, ‘Mano a mano’, ‘Volver’ o ‘Tomo y obligo’ fueron algunas de las piezas que sonaron en las voces del cantaor jerezano y el tenor granadino, maridadas con tangos de corte más moderno como ‘Garganta con arena’ o ‘El corazón al sur’. De esta forma, con cada uno de los dos artistas en solitario o formando un dúo, el concierto hizo un recorrido por los tangos más célebres de la historia, incorporando otras piezas emblemáticas de la discografía de los dos artistas, como homenaje de ellos al género. Piezas flamencas y piezas líricas, que a su vez se vieron acompañadas de piezas instrumentales adecuadamente elegidas para completar este homenaje.
De la mano de estos maravillosos intérpretes, el público recreó la cálida y mágica atmósfera del tango y recuperó los vivos textos de Gardel, transportándose a los salones de época de los años veinte y treinta. Sobre el escenario estuvieron junto a un quinteto formado por piano, guitarra, bajo, violín y bandoneón, demostrando que las distancias entre tango, flamenco y bel canto pueden desaparecer cuando hay un nexo común que gira alrededor de algo tan universal como es el sentimiento.
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